Déjale libre

Extiéndeme la palma de la mano, <o:p></o:p>

mantenla abierta, <o:p></o:p>

y dejaré caer, cálida y suave, <o:p></o:p>

en lento chorro silenciosa arena, <o:p></o:p>

que formará segura y permanente, <o:p></o:p>

aunque frágil, pirámide en ofrenda. <o:p></o:p>

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Mas si cierras la mano, <o:p></o:p>

intentando guardarla prisionera, <o:p></o:p>

en fuga irremediable entre los dedos <o:p></o:p>

más se irá yendo cuanto más aprietas. <o:p></o:p>

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Si tienes un amor, déjale libre, <o:p></o:p>

libre como la alondra y la gacela, <o:p></o:p>

y quedará contigo, <o:p></o:p>

aunque los vientos giren su veleta. <o:p></o:p>

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Pero si intentas protegerle un día, <o:p></o:p>

tras altos muros o doradas rejas, <o:p></o:p>

quizá no logres mantenerle al lado, <o:p></o:p>

porque toda prisión resulta estrecha. <o:p></o:p>

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Si tienes un amor, déjale libre; <o:p></o:p>

Simplemente recuerda <o:p></o:p>

que el ave libre cantará en tu huerto, <o:p></o:p>

pero el ave evadida no regresa<o:p></o:p>