Problemas cardiacos.

Algunas razas son propensas a padecer trastornos de la válvula cardíaca, que aunque no es el caso del dálmata, si que conviene saber la forma de detectarlo y poner tratamiento adecuado en cuanto sea detectado.

Los trastornos pueden ser detectados por su veterinario, como puede ser un soplo en el corazón. A medida que se deteriora la función cardiaca, aparece una tos suave y húmeda.

Los perros pueden padecer enfermedades cardíacas que pasan desapercibidas durante muchos meses, puesto que el animal reducirá su nivel de actividad para compensar los efectos de la dolencia. Esto puede confundirse fácilmente con las consecuencias naturales de que su perro "se esté haciendo mayor".

Otros indicios de enfermedades cardíacas incluyen:

Tos.
Pérdida de peso.
Períodos de debilidad aparente o colapso durante el ejercicio o en reposo.
Jadeo excesivo.
Aumento de la sed.
Tripa hinchada como consecuencia de la retención de líquidos.
Examinando a su perro con un estetoscopio, el veterinario puede detectar un ritmo anormal denominado soplo cardíaco. Ante la sospecha de enfermedad cardíaca, pueden recomendarse una serie de pruebas que incluyen:

Radiografías.
Electrocardiograma (ECG).
Ecografía cardíaca.
Análisis de sangre.
Los tratamientos modernos de las enfermedades cardíacas suelen obtener excelentes resultados, e incluyen:

Medicación diurética para reducir la retención de líquidos.
Medicación para regular el ritmo cardíaco y evitar anormalidades.
Medicación para controlar la presión arterial.
Si su perro tiene sobrepeso, es posible que su veterinario recomiende una dieta especial o suplemento alimentarios además de un control de peso, lo que también contribuirá a aliviar la carga a la que está sometida el corazón.







Fuente: "Sacar lo mejor de la vida" de Alison Jones